quinta-feira, 11 de novembro de 2010

Krav Magá, defensa personal


Movie Rocío Martínez

El Krav Magá, cuyo nombre significa en hebreo “combate cuerpo a cuerpo”, es el sistema oficial de combate usado por las fuerzas de defensa de Israel, policía israelí, y servicios de seguridad. Este estilo, nacido en el siglo XX, es un sistema de protección cuyas técnicas, movimientos y combinaciones han sido desarrolladas pensando en necesidades actuales. Esta técnica está dividida en dos partes principales: defensa personal y combate cuerpo a cuerpo.

Nosotros decidimos practicar la primera modalidad, que trata de hacernos salir airosos de un conflicto. Parte del aprendizaje de Krav Magá se basa en cómo evitar situaciones violentas y de peligro: si puedes quitarte de en medio, vete; si puedes solucionar la confrontación hablando, hazlo.

El gimnasio donde puedes practicar esta actividad pertenece al Centro Fisyos, situado en la calle Jaime Hermida 9, Bajo. El profesor de la Escuela Kavod Krav Maga, Jose Gener, nos recibe amablemente y nos explica el significado del Krav Magá. Muy ilusionada y algo curiosa me sitúo en el tatami junto a mis nuevos compañeros para atender a las explicaciones del profesor. Rápidamente iniciamos un calentamiento estirando las articulaciones y músculos que luego se verán forzados.

Lo primero que nos explica Gener es cómo caer al suelo sin sufrir ningún daño y, desde allí, saber mantener a raya a mi atacante utilizando solamente los pies. Tras esto, llega el momento más interesante: el profesor nos muestra las técnicas de defensa practicándolas primero con un alumno. Esta clase se centra en la protección contra un supuesto agresor que nos acometería sentado encima de nuestro cuerpo y luego atacándonos con un puñal. Después de las enseñanzas, practicamos lo aprendido con un compañero.

En el Krav Magá los reflejos y estar siempre alerta son lo más importante, ante ofensas agresivas tales como las estrangulaciones, agarres o ataques con puñal. Por eso iniciamos las técnicas con los ojos cerrados y no realizamos la acción defensiva hasta que el profesor pasa a nuestro lado y nos da una palmada en la espalda. Esto hace que nuestra capacidad de reacción aumente, sabiendo contraatacar rápida y eficazmente, algo muy importante en una situación real.

Ante el agresor empleamos todo tipo de técnicas a mano vacía. Usamos puños, codos, patadas, rodillas, así como cualquier utensilio de nuestro entorno o que llevemos encima en ese momento. Así, José Gener nos enseña a defendernos con un simple paraguas o un portafolios. Estas dos últimas utilidades resultaron ser muy eficaces.

Una vez que hemos conseguido derribar a nuestro agresor, lo más adecuado es desarmarle y salir corriendo, aunque siempre adaptándonos a la situación que se nos presenta, y así es como lo instruye el profesor.

En la Clínica Fisyos podremos seguir practicando esta actividad desde 35 euros. El trabajo de la primera clase me demuestra que es fácil salir ilesa en un conflicto físico empleando sólo movimientos simples y naturales de nuestro cuerpo, experimentando así una facilidad y rapidez de acción en nuestra defensa.

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